tengo once hermanos

Tuesday, April 25, 2006

Paseo




La ambigua noche se despide dando paso al frío de la mañana. La plebe vestida de traje gris camina al unísono mientras el bullicio se sienta en su trono abriendo sus brazos a la muchedumbre. A veces la masa se detiene frente a un destello rectangular; a veces se queda, olvidando el imparable compás del reloj. Al otro extremo el oro viejo alimenta las palomas y una pareja se abraza entre repetitivos lienzos de colores.
Cuando los vidrios se convierten en espejos el reflejo de los pies de los que pasan parece más lento, sólo hay tiempo para una cabezada.


Raymond

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